DOÑA IRENE Y DON JULIÁN SE MARCHAN DE ARMILLA.

 

DOÑA IRENE Y DON JULIAN

DOS MAESTROS QUE DEJARON HUELLA

 

 ARMILLA 1967 / 1978


FRAGMENTOS DEL LIBRO  “UN 27 DE ABRIL.

MEMORIA GRÁFICA”

 

AUTOR: JULIÁN GONZÁLEZ LÁZARO

Editorial Círculo Rojo

Fotografía: Cortesía del autor.

 

 

-          IV-

DOÑA IRENE Y DON JULIÁN SE MARCHAN DE ARMILLA. .


             Al finalizar el curso académico 1978/79, mediante Concurso General de Traslados, por el Apartado de Maestros Licenciados, Julián e Irene consiguieron plaza en la capital de España.

Desde el uno de septiembre causaban su cese en Armilla. En los primeros días del mismo mes habrían de tomar posesión de nuevo destino en Madrid.

 El excelentísimo Ayuntamiento de Armilla les ofreció una comida homenaje. La Corporación Municipal al completo, con sus correspondientes cónyuges, se trasladó a uno de los restaurantes de mayor prestigio de esa época. En las inmediaciones de Granada: Restaurante el Suspiro del Moro, bonito complejo hostelero situado en lo alto de un monte, famoso por su rememoración histórica. “Suspiro del moro”.

Al final llegaron los discursos. El alcalde pronunció unas emotivas palabras de despedida. A continuación se la cedió a Julián.

Julián agradeció su apoyo y acogida en este querido pueblo granadino donde nacieron sus dos hijas. Donde convivieron sus tres hijos en la niñez: Pedro, Sonia e Irene. Los tres se sienten hijos de Armilla. Así lo irán difundiendo orgullosamente por todas partes, donde les depare el devenir de sus vidas, a lo largo de la adolescencia, juventud y madurez.

Armilla, en las estribaciones de Asierra Nevada, En el umbral de la Alhambra. El pueblo de mayor y mejor futuro de la Vega Granadina fue el lugar donde los hijos de Don Julián tienen, en profundidad, sus raíces.

Tras el discurso llegaron largos aplausos, levantándose a felicitarle todos los miembros y compañeros, a dar un abrazo al concejal, al maestro, al migo que en breves días se trasladaría a Madrid.

Todas la mujeres daban besos de despedida a Irene, expresándole su pesar por su marcha, pero, al mismo tiempo, le felicitaban y le deseaban una buena llegada al nuevo destino en su campo profesional.

 

 

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DOÑA IRENE, UNA MAESTRA EJEMPLAR.

 

FRAGMENTOS DEL LIBRO  “UN 27 DE ABRIL.

MEMORIA GRÁFICA”

 

AUTOR: JULIÁN GONZÁLEZ LÁZARO

Editorial Círculo Rojo

Fotografía: Cortesía del autor.



 

 -III-

 DOÑA IRENE, MAESTRA EJEMPLAR.

  

             A Irene desde siempre las distinguieron como maestra ejemplar. Su rodaje en la escuela Aneja a la Normal de Salamanca, la forjó como maestra laboriosa, trabajadora y dedicada en pleno a sus alumnas.

 En las clases de adultos, en el municipio de Armilla,  siguió su formación y entrega en espíritu y alma, luchando por conseguir los objetivos que se marcaba a largo plazo y en el día a día.

Todos sus alumnos la querían y obedecían con cariñoso respeto.

Al poco tiempo de llegar a Armilla, la Inspección Educativa de Granada la selecciona para impartir cursos de Renovación Pedagógica en Matemáticas.

A estos cursos acudía gran número de jóvenes profesores (maestros y maestras) a quienes Irene les contaba sus vivencias y experiencias docentes, haciendo sus clases muy amenas e interesantes.

Iren hacía que sus asignaturas de ciencias  fueran las más anheladas por el alumnado. Lo árido de las matemáticas, ella lo hacía atrayente, interesante, fácil de entender.

Todo el el alumnado prefería de profesora a Irene. En sus horas de clase no había absentismo.

Durante los veranos, en la Academia Helmántica, regentada por ella y Julián, había lista e espera para poder atender a todo el alumnado. La fama de esta academia había sobrepasado los límites del pueblo, acudiendo alumnos de Granada y otros pueblos limítrofes con Armilla.

En septiembre, los escolares acudían a los exámenes con plena seguridad d aprobar l o las asignaturas pendientes de junio. Esa seguridad se la daba Irene. El aprobado, incluso notas más favorecedoras, era generalizado.

Al programa educativo”Convivir es vivir” Irene le dio un auge y apogeo, no esperado, ni por los los mismos promotores. Irene fue la elegida para impartir charlas a grupos de profesores, promoviendo y animando a seguir los modelos y pautas del programa.

Al programa “Recreos inteligentes”, de Julián, ella le puso su sello, dando charlas por múltiples centros educativos, especialmente por la comunidad Foral de Navarra, donde fue invitada en numerosas ocasiones.

 

 

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PREGÓN DE LAS FIESTAS DE SAN MIGUEL 1996.

 PREGÓN DE LAS FIESTAS DE SAN MIGUEL 1996.

 Extracto del libro” Un 27 de abril” de Julián González Lázaro.

 


       Coincidía que, antiguos alumnos de Irene y Julián en Armilla, ocupaban cargos políticos de alcalde y concejales en este pueblo, tan entrañable para ambos. Uno, muy querido por ellos, Gabriel Cañavate Maldonado, se puso en contacto con Julián y le comunicó que, en sesión celebrada en el Ayuntamiento, se acordó por unanimidad, invitarle a leer el “pregón” de las fiestas de San Miguel. Julián aceptó muy orgulloso de que se acordaran de él. Septiembre de 1996.

       Ya, en 1974, siendo concejal en el Ayuntamiento de Armilla, leyó el pregón de las Ferias y Fiestas de San Miguel. Quedándole un recuerdo imborrable. Le recibieron muy afectuosamente. No cesaron de agasajarles. Los llevaron a visitar todas las nuevas dependencias deportivas, culturales y sociales.

       El Club de Fútbol Arenas, le concedió el saque de honor en el partido contra el Recreativo de Granada, de segunda división. La emisora, Radio Armilla, les hizo una entrevista. También el corresponsal del periódico IDEAL. En ellas, se recordaron tiempos antiguos de la estancia de ambos maestros, en el pueblo granadino. Hubo muchas llamadas ,enviándoles saludos y recordándoles cariñosamente.

  La noche anterior a San Miguel, día 28 a las diez, Julián leyó el Pregón de las Fiestas. Fue muy aplaudida su intervención. Felicitaciones. Saludos de antiguos alumnos. Muchos traían a sus hijos y familias para que conociesen a sus maestros. Paseo con los concejales por las casetas de ferias.

              Tanto Irene como Julián no cesaron de dar abrazos y besos  tanta gente armillera que les recordaban y añoraban su ausencia. Pueblo que ellos siempre quisieron como algo suyo. Donde nacieron sus dos hijas.

              En el Club Ciclista Joaquín Galera, Julián recordó el Trofeo Manuel Galera, de 1977, en el que siguió el recorrido en su coche, de forma oficial, como coche escoba,r ecogiendo a un ciclista lesionado.   Trofeo Homenaje, al buen ciclista de Armilla que perdió su vida en plena Vuelta a Andalucía en 1972.Manuel, hermano de Joaquín, muy amigo de Julián.

   Joaquín fue un ciclista de élite internacional. Ganador del Premio de la Montaña en el Tour de Francia. Ciclista de mucho prestigio internacional. Ganador de numerosos trofeos, especialmente de premios subiendo con su bicicleta por las trampas y carreteras europeas.

 

 

                                                 EL PREGÓN

 ¡¡¡ BUENAS NOCHES ARMILLA!!!

                           Después de 18 años en que nos trasladamos por motivos profesionales a Madrid, hemos tenido vuelto ante vosotros, por expresa invitación del Excelentísimo Ayuntamiento, para leer el pregón de las fiestas de San Miguel Arcángel, vuestro Patrón.

               Tanto Irene como yo, quedamos gratísimamente sorprendido, al saber que después de tantos años, aún os acordabais de nosotros.

No podéis imaginaros la gran alegría y emoción que sentimos, al  conocer la noticia. Es un gran honor haber sido elegido por este emotivo acto.

  Nos sentimos realmente orgullosos de estar hoy ante todos vosotros que, llenáis de colorido y vistosidad esta grandiosa carpa.

  Armilla, pueblo hospitalario y acogedor, como el que más, nos dio, en los varios años que tuvimos la fortuna de convivir con vosotros, las mayores alegrías que, unos profesionales de la enseñanza, puedan tener: respeto, amistad y cariño.

   Recibimos muchísimo afecto de todos: de escolares, padres, compañeros de profesión y amigos en general. Aquí nacieron nuestras dos hijas: Sonia e Irene. La primera se casó y tenemos un precioso nieto.

  Por estas tierras corrieron y juguetearon los primeros años de su vida, junto a nuestro primer  hijo: Pedro, que vino nada más nacer en Salamanca.

    En Armilla aprendieron las primeras letras y tuvieron los primeros amigos. A esta tierra, a este pueblo, a esta gente, no los podremos olvidar jamás, porque nos sentíamos y nos seguimos sintiendo, hoy con más fuerza si cabe, uno más, entre todos vosotros.

  Nos viene a la memoria, los múltiples ocasiones que, con nuestros extraordinarios deportistas escolares, llevaron el nombre de Armilla por muchos pueblos de la provincia, incluida la capital, donde daban una lección de buen hacer (casi siempre ganaban) y de deportividad, sabiendo respetar a los equipos vencidos. Si alguna vez se perdía, sabían aceptar deportivamente la derrota. La formación humana, iba emparejada con la deportiva.

  En 1971-1972, nuestros escolares fueron campeones en fútbol infantil, Trofeo de Municipios, participando varios pueblos de la Vega de Granada, del que nuestro colegio, tuvo el  honor de ser el promotor. Como estas liguillas se hacían pequeñas, el año siguiente, nos inscribimos para participar en los  entonces Juegos Escolares Nacionales. En estos Juegos, Armilla obtuvo los mayores éxitos. Nuestros escolares fueron dos años consecutivos campeones de la provincia, en disputa con equipos de categoría de Colegios Privados como los Escolapios o los Agustinos; de Institutos como el de Guadix o el ITEM de Motril. Por ello, representamos a la provincia de Granada, en competición con otras provincias, en las fases del Campeonato de España.

  En atletismo, también destacaron tanto los niños como las niñas. Éstas por primera vez competían en deporte. En carreras de fondo y en voleibol, dirigidas por Irene. Otro deporte que iniciamos por aquellos años, con gran afición y entusiasmo por todas las niñas de nuestro colegio.

   Armilla, a lo largo de los años, ha sido tierra de muy buenos deportistas. Siempre contamos con muchos amigos que colaboraban y nos ayudaban con trofeos, material deportivo y hasta en ocasiones con vehículos, para poder llevar a los niños a los distintos pueblos.

  Muchos de los que entonces participabais, estáis ahí delante y os traemos el recuerdo de aquellas jornadas de entusiasmo a alegrías. Alegrías compartidas con todos los compañeros de clase, elaborando entre todo el alumnado aquellos periódicos murales, donde se plasmaban los brillantes resultados con vuestras fotos. También, muchos de vosotros, habéis mantenido estos recuerdos en tarjetas navideñas, cartas o algunas llamadas telefónicas.

   Tuve el honor de pertenecer a la Directiva de nuestro equipo, el Arenas, hoy en segunda división, a cuyo equipo juvenil entrené durante un cierto tiempo y de quienes guardo también un recuerdo entrañable.

  Fueron realmente muchos los momentos inolvidables vividos en convivencia, no sólo con los alumnos, sino también con todos vosotros: bodas, bautizos, matanzas y tantos otros momentos de alegría.

              Hubo desgraciadamente, momentos de tristeza que todos tenemos en la memoria: la pérdida de aquel gran deportista, gran amigo y excelente persona, que dejó su vida sobre la bicicleta en la vuelta a Andalucía: Manuel Galera.

  En las fiestas de 1974 tuve también el honor, como tengo hoy, de leer el pregón de las fiestas de San Miguel, con motivo de la Exposición de la 1ª Feria de Muestras. En aquellas fechas, decía que Armilla, umbral de Granada, estaba llamada a destacar en tres aspectos fundamentalmente: En el deportivo, en el agrícola y en el Industrial.

  Entonces auguraba un espléndido auge en un futuro no lejano. Seguía, diciendo por aquel entonces:

“Armilla, abierto a todos. Como la extensión y llanura de su vega, así es el corazón y el alma de los armilleros. Aquí reciben al llega, como si de algo propio se tratara. En estos llanos, se han establecido vecinos de muy distintos pueblos alpujarreños y cada año se ve aumentar el índice de población a un ritmo acelerado. Es, posiblemente, uno de los pueblos de más porvenir de la provincia, por estar dentro del cinturón de la periferia de Granada.

“Y no me equivoqué”.

  Hoy hemos podido comprobar, con enorme satisfacción que,en los años que llevamos fuera, el avance de Armilla ha sido extraordinario en todos los aspectos. Hoy, hemos quedado sorprendidos, tanto Irene como yo, en cómo ha quedado la Cuidad Deportiva. Contáis en el Municipio con unas instalaciones extraordinarias.

  En el aspecto industrial se ha avanzado mucho. Son más de 1300 las licencias fiscales con que cuenta actualmente el pueblo y con unas grandes expectativas de avance, con el próximo Polígono Industrial.

  En el aspecto educativo y cultural, ha sido igualmente, enorme el adelanto. Hoy contáis con  nuevos grupos escolares. Con el instituto. Con la bella Casa de la Cultura y, otro hito importante:el proyecto del futuro Teatro Municipal.

  Por ello felicitamos el señor alcalde y a la Corporación Municipal. Representantes de todos los partidos políticos que dejando a un lado, en muchas ocasiones, sus respectivas y lógicas tendencias, han trabajado juntos poniéndose de acuerdo por el engrandecimiento de Armilla.

Pero Armilla no se queda aquí. Sabemos que Armilla tiene lo más importante para que un municipio progreses: SUS JÓVENES, SUS GENTES.

  El armillero es dinámico, trabajador, inquieto e inteligente, buscando la superación ante cualquier dificultad. Por ello, el reto está echado con la gente joven que hay llena este recinto. Redundará en que Armilla sea conocido en toda España, no sólo por su Base Área y por ser el umbral de Granada, sino también por los logros de bienestar al que todos aspiramos.

              Y no os quiero sacar más, porque sabemos que los jóvenes quieren fiesta. Y  la vamos a tener. Pero antes me vais a permitir, jóvenes de Armilla, dejaros un mensaje: “Quien no tiene valor para soñar, no tiene fuerzas para luchar”.

              Jóvenes, en vosotros está la utopía del sueño, para adquirir la fuerza de la lucha y el trabajo, para que sea una utopía la hagáis realidad.

              Un abrazo muy fuerte de Irene y míos para todos. Os damos nuevamente las gracias por el honor que nos hacéis con esta invitación y por escuchar mis palabras.

¡Felices Fiestas San Miguel!

Que él os guíe y os proteja por el camino de la paz, solidaridad y la justicia.

¡ Hasta siempre Armilla!

 

 


 

 

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DOÑA IRENE Y DON JULIÁN. DOS MAESTROS QUE DEJARON HUELLA. ARMILLA 1967-1978


FRAGMENTOS DEL LIBRO  “UN 27 DE ABRIL.

MEMORIA GRÁFICA”

 AUTOR: JULIÁN GONZÁLEZ LÁZARO

Editorial Círculo Rojo

Fotografías: Cortesía del autor.

 

 

-I-

LA LLEGADA AL PUEBLO, SUS AMISTADES, SUS AFICIONES…Y ALGUNAS COSAS MAS.

 

               D. Julián comenzó su labor profesional como maestro en el pueblo de Armilla, destinado a la Es cuela Parroquial, en el mes de septiembre de 1967. En el mes de mayo de 1968, al terminar el curso,  los maestros Julián e Irene  se trasladaron a vivir al pueblo de Armilla. De esta manera, evitaban que Irene tuviese que coger diariamente el tranvía. Ya se encontraba bastante avanzado su estado de buena esperanza, por la llegada de Pedrín. Siempre pensaron que sería un niño.


Alquilaron un pisito en la calle Lugo. Casa recién construida. Calle sin asfaltar. Sin tráfico alguno. Muy tranquila. Con vecinos extraordinarios, tanto en el piso contiguo: Guillermo e Isabel, con dos niños: Guillermo y Gustavo. Como frente a la casa: Manolo y María. También con niña y niño. Con los mismos nombres de sus padres.

Posteriormente vinieron a vivir, en el bajo, unos sobrinos de María. También buenísimas personas. Nunca olvidarán tantas atenciones, como tenían los vecinos con ellos .En casa de Manolo encerraba el coche. Primero un 600D. y luego el Renault 12.Ambos de color blanco.

Recuerda Julián que el primer día que encerró el coche nuevo, el Renault 12,en el gran corral de su vecino, al entrar por el portón, acostumbrado al 600, lo rozó en el lateral derecho. Fue un gran disgusto para el maestro. El bueno de Manolo, no paraba de consolarle diciéndole:

“No se preocupe usted, Don Julián, vamos a celebrarlo tomando un vino, con unas morcillas de Armilla, hechas en mi casa. Éstas que tanto le gustan a usted y doña Irene. Yo he rozado el carro más de cien veces.”

Como el nuevo coche estaba todo riesgo, al cabo de uno días, otra vez nuevo. Ya no volvió a rozarlo más, le cogió la medida. Se fijaba bien por el retrovisor, al entrar y salir del reciento cubierto.

Manolo se dedicaba, como muchos de los armilleros, a recoger la basura de Granada, con pequeños carros, tirados por dos burritos.


Mediante este sistema, se venía recogiendo, desde época inmemorial por el laberíntico barrio del Albaicín. Otro medio de locomoción, entonces, no era posible. Por las noches y madrugadas, en las carreteras de Armilla, La Zubía, Maracena...pueblos muy próximos a Granada, se veían hileras de carritos. Todos ellos con sus farolillos encendidos, tirados por dos mulillas o burritos. Iban cargados con la basura al lugar donde depositarla.

         Toda la familia vivía de este humilde trabajo. Y, alimentaban cuatro y hasta seis cochinos. Los restos que diariamente acarreaban para las pocilgas, era el manjar de los cerditos. Estos esperaban ansiosos el rico bocado, traído de las sobras de comidas, de una y mil casas, del barrio nazarí granadino.

En las matanzas de Armilla, se hacían unas morcillas de cebolla, exquisitas, riquísimas. A Julián e Irene les gustaban mucho. Muchas de las familias, el día de la matanza, invitaban a los  maestros a probarlas. Si no podían asistir, les enviaban una “ristre” de seis u ocho, a su casa.

Desde que se trasladaron a Armilla, no solo vivían en el pueblo, sino también convivían con todos sus vecinos. Como una familia más. Todos les respetaban y apreciaban mucho .A principio de llegar a Armilla, recibieron una llamada de teléfono de los padres de José Eduardo. Ellos habían llegado en visita a Granada y en concreto a la Alhambra. No querían marcharse sin saludar a los cuñados de su hijo Eduardo. Quedaron en el hotel donde se hospedaban. Estaba próximo al paseo del Violón. Fue una gran alegría encontrarse con los padres del futuro cuñado.

 La señora Angelines, madre de José Eduardo, no paraba de alabar a Irene, por lo guapa que estaba, lo bien que cuidaba a Julián y lo perfecto que le sentaba el matrimonio.

Don Eduardo, padre de José Edu, con su máquina fotográfica, hizo una foto a los tres. Cogió a Julián por el brazo, paseando detrás de las dos mujeres. Siempre fue muy atento y cariñoso. Lo mismo hacía Angelines, con Irene.

Se acercaron a una cafetería donde tomaron café. Charlaron largo rato y se despidieron con un fuerte abrazo. Besos de los padres a Irene. Deseándose mutuamente lo mejor. Irene y Julián enviaron un fuerte abrazo a su hijo y hermana, a través de ellos.

Antes de despedirse, Julián les invitaba a visitar su nueva vivienda en abrazo a su hijo y hermana, a través de ellos. Antes de despedirse, Julián les invitaba a visitar su nueva vivienda en Armilla. A tomar unas morcillas especiales del pueblo granadino. No pudieron acercarse, por la escasez de tiempo.

 “La próxima vez que volvamos con José Eduardo y Luisina las probamos”-dijeron al despedirse.

En Armilla, hicieron muy buenos amigos, además de los queridos vecinos. Es de mencionar especialmente a la familia Salinas: Pedro y Carmela. Sus hijas: Mari Carmen y Conchi, fueron alumnas de Irene y Julián. Niñas buenísimas. Tenían un hijo pequeño. También se llamaba Pedrito. Los dos Pedritos, eran del mismo tiempo. Otra niña más pequeña, Marian, era la cuarta de los hijos. Formaban una familia muy acogedora y generosa.


Pedro Salinas, fue un hombre muy trabajador. De joven, comenzó con una bicicleta vendiendo leche. Posteriormente, puso una pequeña tienda de electrodomésticos. Por su trabajo, obtuvo la concesión de distribuidor del Gas Butano, en los pueblos de la zona sur de Granada. Gracias a su honradez, esfuerzos y sacrificios consiguió un gran patrimonio.

Pedro Salinas, adquirió una pequeña flota de camiones. Dio ejemplo a bastantes repartidores. Su cuñado Bernardo, hombre muy trabajador y honrado a carta cabal, era el coordinador de todos ellos. Julián fue testigo, en más de una ocasión, cuando algún sábado, le acompañaba por los pueblos próximos, de cómo Pedro condonaba pequeñas deudas a familias con escasos recursos económicos. Incluso, más de una vez le vio dar algo para la prole, pues muchas de éstas, eran familias numerosas.

A don Pedro Salinas lo conoció Julián, a los pocos días de llegar a Armilla. Fue a comprar a su pequeña tienda un calentador para la escuela parroquial. La tienda estaba en la calle Real, haciendo esquina con la que va hacia Churriana y Las Gabias.

Nada más conocerse, Pedro y Julián, simpatizaron. Se entendieron. Al cabo de los años, llegaron a sentirse grandes amigos. Tanto Pedro como Carmela, trataban a Irene y Julián como si fueran de familia. Cada vez, que los maestros iban a casa de los Salinas, todo lo que les ofrecían, les parecían poco.


Pedro Salinas, animó a Julián a sacarse la licencia de caza. Desde entonces, salían juntos en las cacerías. Gracias a Pedro, Julián recorrió casi todos los campos de caza menor de la provincia granadina.

 El amigo Pedro Salinas, tenía mucho común con Augusto, hermano de Julián. Precisamente, con esta querida familia fueron en una ocasión, los seis a Almería. Dos coches. Hicieron el viaje, ida y vuelta por Guadix. Augusto simpatizó con Pedro Salinas. Eran hombres de negocios. Empezaron de la nada. Se hicieron ellos mismos, con su propio esfuerzo. Lucharon por sus familias. Con unos mismos ideales. Muy buenas y nobles personas.

Como anécdota, en una ocasión, Julián junto a Pedro Salinas, asistieron a un concurso de tiro al plato en Loja. La inscripción costaba bastante cara. Julián había ido por acompañar a su amigo. Ver la fiesta .Conocer el concurso. Degustar los numerosos pinchos que se ponían en las mesas. No se inscribió. Tampoco aceptó que Pedro le pagase la inscripción .Pero, tanta era la insistencia de Pedro que, Julián le dijo:

 “Déjame tu escopeta”.

 Con la condición de tirar una sola vez, en las pruebas previas y fuera de concurso.

Julián disparó y por chiripa, el plato quedó dividido en dos partes. Se oyó un ¡oooh! de admiración. En décimas de segundo, un nuevo tiro y, el trozo mayor, quedó hecho añicos.

Numerosos aplausos. Admiración por el maestro.

 “Tienes que inscribirte, tienes que inscribirte”.-Le decían los amigos.

El mismo Pedro insistía y le decía:

“¡Has hecho carambola!”.

Julián sabía que había sido de “potra”. No se inscribió. No quiso perder su halo.

Armilla no tiene montes. No hay posibilidad de practicar la modalidad deportiva de la caza. Sin embargo, siempre tuvo grandes cazadores. La afición a la caza era grande.

Los cazadores, en las madrugadas del domingo llenaban el bar de “La Peña. En él se ultimaban los detalles. Las plazas en los coches. Las escopetas Los perros....Todos se tomaban un café caliente y un chopito de aguardiente, antes de la partida.

Julián siempre tenía asiento en el coche de Pedro, al lado del conductor. De copiloto .Los demás compañeros se repartían en otros vehículos. Entre los cazadores, recuerda especialmente a:

            Antonio Almazán. Este había estado en Francia. Allí se compró una escopeta de repetición y vendió a Julián una AYA, del 12 paralela. Estaba bastante bien cuidada. Julián la llevó a una armería de Granada, donde se la empavonaron. Quedó como nueva.

Al hacer la entrega y pasar revista de la escopeta, en el Cuartel de la Guardia Civil, Almazán le dijo:

“Don Julián, con esta escopeta usted no tiene más que encarar. La pieza cae sola”.

Entre risas, se dieron un abrazo, deseándole suerte. Su hermano Ángel, fue un buen defensa del equipo de fútbol Arenas Gran amigo y mejor persona .Tenía un taller de motos y era representante de la firma Vespa. Vendió a Julián un vespino de color rojo. En ella aprendió Pedrín y luego se la trajo a Madrid.

José Chaparro Conejero,”Chaparrito” y su hermano Rafael. Buenísimos tiradores y extraordinarias personas. También iban de compañeros Miguel “Panchito”; Manuel “Matalastoas”; Juanillo “El de la Imprenta”; Manolico “El de la Niña”; Antonio “El Calvivas; José Martín Megías “El Pitillo”....

Julián menos avezado en la caza, solía ir al lado, cerca de su amigo Pedro. Formaban en abanico, pero, en sentido cóncavo. En punta, siempre los más andariegos. Cuando se pasaba por los rastrojos de las vides, Julián revisaba las cepas. Le gustaban las uvas dejadas tras las vendimias. También, cuando pasaban junto a alguna higuera, la revisaba por si podía coger algún higo abandonado, medio seco. Dulce como el almíbar.

En los ratos de descanso, de parada, de comentarios, Julián repartía almendras, avellanas, o frutos conseguidos en los árboles, ya esquilmados por los recolecciones, vendimias o por los pájaros. Recordando a Primitivo que siempre llevaba castañas o frutos secos para aguantar todo el día en el campo.  Había quien decía “si no fuera por  Don Julián no aguantábamos más, el nos da emergías  para seguir en la brecha”.

Cuando en alguna de las ventas, por donde se pasaba, se hacía una “comilona”, si uno ponía un trozo de pan, encima del guiso, todos paraban. Era el momento de pasar el porrón o botella con pitorro, para echar un trago de vino tinto al gañote. Había muy buenos cocineros.  Julián servía de “pinche. Eran los momentos de las anécdotas, chistes, exageraciones, del divertimiento, en definitiva, de pasarlo en buena camaradería y hermandad.

En Armilla, se hicieron numerosos amigos. Imposible relatar todos sus nombres. Todos ellos gente extraordinaria. Buenísimas personas. Quedan en el recuerdo de forma imborrable. Tanto vecinos del pueblo como profesores de los colegios San Miguel, Julio Rodríguez, Patronato......