¿POR QUÉ SE LE CONOCÍA A ARMILLA COMO " EL PUEBLO DE LAS MOSCAS"?

 

POR QUÉ SE CONOCÍA A ARMILLA COMO “EL PUEBLO DE LAS MOSCAS”?

 

Una crónica de Salvador Cantos López recogida en el grupo de facebook

“Armilla, recuerdos de mi pueblo”

 

                     Comienzo con otro capítulo. Las familias que se dedicaban a la recogida de la basura, o bien en sus domicilios o en corralones que poseían por distintas partes del pueblo almacenaban la que recogían diariamente para seleccionar los distintos productos que en ella venían, la comida para los cerdos que criaban, la chatarra, papeles, trapos viejos, en una palabra todo lo que pudiera tener utilidad, como consecuencia de eso es muy lógico que en todo el pueblo la abundancia de moscas fuera notable.

 Armilla era conocida en todos los arrendadores como el “pueblo de las moscas”, y había que combatirlas con todos los medios que existían, en las tiendas de comestibles, carnicerías, y de otros productos, acostumbraban a colgar del techo unos rollos cilíndricos del cual extraían una tira con forma helicoidal que quedaba colgando e impregnada de una especie de pegamento en el que quedaban atrapadas, la vista no era muy agradable, pero era lo que había. 

En las viviendas se utilizaba un artefacto similar a una bomba de inflar la ruedas de las bicicletas, pero con un depósito del tamaño de una lata de tomate, el cual de llenaba de un líquido llamado “Flix” que se espolvorizaba, y era también efectivo para los mosquitos, y también una sustancia granulada muy parecida al azúcar pero de un color rosado suave, que se repartía por varios sitios de la casa en pequeños platos o tapas de los botes de cristal, donde acudían las dichosas moscas y morían envenenadas. 

Y otra forma de combatirlas fue un artículo que dio origen a un dicho popular en toda la provincia que decía: "eres más basto que las cortinas de Armilla" naturalmente se referían a las esteras de esparto que se ponían en las puertas de entrada de las viviendas, y en las de salidas al corral de los que lo tenían, y por lo tanto también tenían la misión de evitar la entrada de los insectos , pues además de ser una barrera que por su peso no solía con el aire levantarse, pero si proporcionar cierta frescura en la vivienda y también oscuridad, que como es sabido a las moscas no le agrada mucho. Las esteras como he dicho eran de esparto, tejido con una especie de trenzado que por la parte delantera era relativamente lizo y por el reverso no tanto, pinchaba, y se empleaba por su eficacia, sobre todo en primavera y verano en la mayoría de las viviendas de una sola planta, que también era la inmensa mayoría.

 

Imagen: Grabado antiguo de mosca común.