AQUELLOS BARES, CAMAREROS Y TIENDAS DE LA ARMILLA  DE ANTES

 

 

 Una crónica de Salvador Cantos López recogida en el grupo de facebook

“Armilla, recuerdos de mi pueblo”

 



Empezaré mi recorrido por las tres carnicerías que había en el pueblo por aquellos tiempos. En los Prados estaba la de “Repompo” ( los padres ), frente al cuartel de la guardia civil antiguo en la calle Real estaba “La Cortijera,” y entre las Tres Cruces y la caseta del tranvía estaba la de Julio. Normalmente no había ternera, solo cordero, "marrano" y cabra. Yo recuerdo que era muy habitual  que las mujeres pidieran una peseta de huesos para el puchero. También estaba la tienda de “ Cara Cabra”, que estaba en la casa que había al lado de donde Paco” el Chinchilla” tuvo el taller de coches y que al otro lado tuvo la tienda la otra” Cortijera”, la Pura.

  Recuerdo que estando yo con mi madre comprando, la mujer que atendían en aquel momento pedía una peseta de recortes de jamón, y de pronto comenzaron a oírse disparos y toda la gente que había en la tienda se quedaron callados hasta que “Cara Cabra” dijo: “Eso son los Queros seguramente”. Los Queros eran el padre y tres hijos que durante algunos años después de la guerra, andaban escondidos en la sierra y de vez en cuando bajaban a Granadas y se liaban a tiros con la guardia civil.

 Comento esto de lo que se compraba en las tiendas para que los más jóvenes se hagan una idea de cómo se vivía entonces en España. También recuerdo que en la casa donde el Chinchilla tenía el taller, vivía Frasquito “ el de los Vicenticos”, que tenía vacas y era cojo( Tenía una pierna ortopédica), y estando yo espantando pájaros a sueldo en un sembrado de cáñamo en el cortijo quemado, vi que en la Cerraca estaba la guardia civil y más personas del pueblo, y me acerque a ver qué pasaba, y no se me olvidará jamás el comentario que hizo el teniente de la guardia civil, concretamente un chiste de mal gusto, dijo: "por fin veo yo un labrador harto de agua", resulta que era Frasquito que se lo habían encontrado ahogado, quizás le dio algo y cayó a la acequia que traía mucha agua.

 También junto al cuartel de la guardia civil en la calle Real, estaba la tienda de Polo, vendía embutidos y todas clases de especias, y de muy buena calidad todo, la morcilla la longaniza y la salchicha, y también vendía un producto para untar en el pan al modo de la mantequilla, y era la pringue de morcilla y de salchicha. Esta pringue se obtenía del fondo de la caldera donde se cosían dichos embutidos.

  Los bares más emblemáticos, empezando por la entrada del camino viejo o del cementerio  eran: En primer lugar se encontraba la bodega”La Goma” donde se vendía vino y licores por garrafas. En la romanilla estaba “el Chambao de Veneno”( hoy  el bar “Las Tres Copas” ) y formando esquina con el callejón de las campanas, el bar del Curro, ambos dedicados más bien al café y las copas de anís o coñac para los regadores y peones del campo, por la mañana. En el llamado Puente de la Era, el” Bodegón de Enrique Alonso” y  en su puerta se ponían los peones del campo para que los cogieran para trabajar.

 

Hubo dos camareros muy conocidos en Armilla, el primero, el primo hermano de mi padre, por parte de madre, “Pepico el de la Anitilla” , hermano de “Grabrielico” que tocaba la batería y luego trabajó en “Cenarro”.  Pepico después trabajó muchos años en el restaurante “Los Leones” en la acera de Darro de Granada. Después también estuvo trabajando  de camarero en “El Bodegón”. Allí  trabajó muchos años un miembro de este grupo de “Armilla, recuerdos de mi pueblo”  Miguel Zamorano.

 En la misma acera haciendo esquina con la entrada del camino del Jueves y el barrio de Napoleón estaba el bar Cuesta, que ponían de tapa bacalao frito, y yo y un par de amigos más, con mucha habilidad, en una ventana que daba al callejón, y que estaba la cocina, despegamos la tela metálica, tipo mosquitera, y metíamos la mano y cogíamos los trocitos de bacalao que la señora que los freía depositaba en una fuente escurridera en el poyo, cuando se volvía de espaldas.

 Poco más arriba de las Tres Cruces estaba el bar de Mercedes “la Celedonia”, también llamado el “bar de la viuda”. Allá iba yo a esperar a mi padre cuando salía de aviación de trabajar y me ponía morado de cacahuete que ponía de tapa. Recuerdo que Mercedes me decía: “ya está aquí el rubillo, ¿a quién le pareces tu tan bonico con lo feo que es tu padre?”, Y yo le decía con enfado: “¡Mi papa no es feo!”. Una vez le dije a mi madre lo que me decía, y me dijo: “Tú  lo que tienes que decirle es, que más fea es ella ¡La madre que la parió!”.

 En la caseta, el bar Kiki primero con el padre y después el hijo, y el bar Callejas, justo al frente, el kiosco de la Rosario que además de caramelos y frutos secos y también pastelería y bollería. Y a continuación el bar Ramales, yo conocí despachando al padre y después al “Seco”, como le llamábamos.

  Junto al bar estaba la barbería del padre del “Antonio el albarcoque “y el hermano mayor, que con todo el respeto sea dicho, tenía unos grados de retraso. Recuerdo una anécdota que fue muy comentada, como eran vecinos y “el Cocheras”, que es como llamábamos a otro de los Ramales, era muy aficionado a las bicicletas, y tenía una de carreras,  este muchacho, el de los grados de retraso,  le dijo: “Dame la bicicleta que me dé una vuelta”  y el Cocheras le dice:” Toma y a ver si llegas a Motril”. Pasaron las horas y el barberillo que no aparecía. Fueron a denunciar el caso a la guardia civil, hicieron las pesquisas y efectivamente, estaba en Motril, fue muy obediente.

 Luego algunos años después se montó el bar Torres, que fue muchos años un bar emblemático, donde nos reuníamos los cazadores y los jugadores de cartas. Allí, en  la televisión, comenzamos a ver las proezas de Joaquín Galera en la vuelta de Francia y demás pruebas, creo que fue el primer bar que ponía tapas calientes: de asadura, de  callos, y carne en salsa. Como camareros allí trabajaban “Paquito Calviva” y su cuñado Rafael. Los otros hermanos trabajaban en la línea de autobuses que tenían.

  ¡¡¡Hoy he escrito todo esto dos veces y me he hartado….!!!...¡¡¡ Me vais a llamar viejo coñazo!!

 

 

Fotografía: Típico comercio de pueblo de los años 30/40 del pasado siglo.

 

  

 

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