TIEMPO DE PANOCHAS


Crónica de Concepción Garzón García.

Este escrito se ha hecho en colaboración con el Centro de Educación Permanente "María Zambrano" de Armilla.


                                                Trillando en las eras. Armilla 1940.

                                                 Archivo Fotográfico Pepe Morenilla

          

                     Era todo una fiesta y las risas duraban hasta que terminaba la época de la farfolla. Todo el trabajo se hacía sin tener en cuenta el esfuerzo que suponía y las horas que se dedicaban a esta tarea se vivían con emoción. La costumbre era que de vez en cuando , farfollando el maíz, salía una panocha roja y se le daba un beso al compañero o compañera y , si había un pretendiente o alguien a quien querías pues era el momento para abrazarlo. Así entre risas y canciones se llegaba hasta la última faena que era desgranarlo. Se ponía una cerca alrededor con un lona para que los granos no saltaran. Sentados en el suelo, sobre un ladrillo, se ponía la panocha de punta. Con un trozo de hoz por el revés se golpeaba hasta desgranarla. Las panocha que salían más tiernas se guardaban para hacer tostones y, al terminar todo el trabajo, se hacía una fiesta donde se reunían niños y mayores. Se cantaba y se reía hasta agotarnos.


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