PEQUEÑOS DETALLES COTIDIANOS DE ANTESDEAYER.

 Una selección de recuerdos de Teresa Megías Muñoz y "Alco".



Hay cosas sencillas que formaban parte de nuestra vida cotidiana y que con el paso del tiempo parece que desaparecen del todo. Pero no,. Afortunadamente el ser humano dispone de memoria y puede recordar. Es por ello que a continuación paso a rememorar algunas de esos pequeños detalles que formaban parte de nuestro día a día:



- Llamar por teléfono a Granada, Madrid o a Málaga, por ejemplo, era una auténtica pesadilla. Tenias que ir a “teléfonos” que en Armilla se encontraba situado en una casilla en la calle Real ( edificio que, por cierto , aún se conserva, con sus cenefas de cerámica azul en los balcones ) un peculiar establecimiento con dos teléfonos para el público, donde la telefonista tras un ventanuco y tras tu petición comenzaba un complicado ritual de cables, clavijas y orificios para después, allí de pie, pues no había ni bancos ni nada..esperar y esperar y esperar y esperar ... ( “La conferencia tiene “demora”.)


- ¿Recuerdas los telegramas ¿….Consistían en un papelillo azul con unas escuetas palabras pegadas sobre unas tirillas blancas… Cuando llegaba a tu casa un cartero y decía la palabra fatídica “telegrama” siempre daba un vuelco el corazón. Un telegrama, indefectiblemente, presagiaba desgracias o/y desastres ( a nos ser que fuese tu santo, cumpleaños o habías tenido un hijo…) 

  - Otra cosa que daba bastante “yuyu” eran los mensajes que daban en “los partes” radiofónicos. La voz seria y circunspecta del locutor o locutora de turno decía con gravedad: “Se ruega a Amalia Torres Carvajal, que se encuentra de viaje por la Cornisa Cantábrica se ponga urgentemente en contacto con su familia en Cangas de Onís por asunto grave” . Al momento mi incansable imaginación de niño reconstruía complicados y cruentos dramas que se avecinaban, de sopetón, sobre la viajera desprevenida.


-                 Después de comer en casi todas las casas empezaban las interminables letanías de las radionovelas… Juana Ginzo o Matilde Vilariño forman parte de la banda sonora de mi infancia y sus voces eran como un ruidillo de fondo que se mezclaba con el de las lentejas sobre la mesa de la cocina al “desparasitarlas” de piedrecillas y porquería…¿ Te acuerdas ?


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Fotos : típica telefonista de pueblo de aquellos años y la casa de “teléfonos” en la a actualidad en el nº 7 de la calle Real.

1 comentario:

  1. Pues sí...leyendo este artículo he recordado el montón de horas que pasé en mi juventud en aquel portalillo de los teléfonos esperando que me pusieran la conferencia con Francia, donde habían tenido que emigrar familiares míos... ¡que tiempos!

    - Un armillero que disfruta mucho con este blog.

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