Una crónica de Salvador López Cantos
¿Sabías que Armilla tuvo su propia
plaza de toros?. Era propiedad de un hombre apasionado por la fiesta que llegó incluso a torear con picadores. Este hombre se llamaba Diego al que todo el
mundo conocía como "Armillita”. Era
barbero de profesión pero su pasión eran
los toros.
Hubo varios años que en las Fiestas de San
Miguel teníamos nuestro particular San Fermín, y no solo en una calle sino que las vaquillas corrían tras los mozos por casi
todo el pueblo.. El encierro armillero terminaba en la plaza de toros que estaba
situada más arriba del Tío de Puro. Por la tarde, las vaquillas eran toreadas allí mismo por "Armillita" y miembros de su escuela, pues este señor también tenía su propia escuela taurina.
Entre los miembros destacados de esta escuela estaba el Nono, otro gran
apasionado del mundillo del toro, que a su vez regentaba un bar en la calle San Miguel de nuestro pueblo y también otro en Churriana. Ambos establecimientos tuvieron notable éxito. En el toreo, la verdad, ninguno de los dos tuvo mucha suerte en la Fiesta.
En mi opinión por el mismo motivo: los dos tenían corta estatura.
Diego “el Armillita” ,un hombre afable, simpático y una excelente persona, era hermano, a su vez, de otro personaje que en su día también fue
muy conocido en el pueblo, Me refiero a Antonio “Ojos Lindos”. Regentaba una
"trapería", que era como en aquellos tiempos llamamos a las chatarrerías,
y por desgracia falleció siendo aún muy joven.
FOTOGRAFÍA: Toreo de vaquillas en
fiestas populares armilleras. Años 70
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