Por Bienvenido Marruecos
Cuando comenzaba el buen tiempo los niños no parábamos de corretear por los campos, eras y hazas que rodeaban el pueblo. Cosa curiosa: siempre estábamos con la boca llena. Mastica que mastica.Cuando no comíamos habas, eran los rabitos de las parras o las almendras verdes (a las que llamábamos “ayosas”). También recuerdo que nos encantaban las frutas sin madurar como las ciruelas y los melocotones. Devorábamos hasta las espigas verdes de los trigales y…¿sabes? ¡ no recuerdo ni un solo retortijón !
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