“JUGANDO EN LAS ERAS”

 Por Antonio Morenilla Martín.


           Las eras eran bien grandes, .Estaban situadas por donde ahora está el ayuntamiento, la plaza poniente y la calle Ganivet. Llegaban hasta donde está ahora la  casa de la cultura y delimitaban por el otro lado con el “Cortijo de la Lorenza”.  En las eras se “farfollaba” el maíz entre risas y juegos, se trillaba el trigo  ( recuerdo las parvas redondas con los jumentos girando incansables), se secaba el cáñamo y se  “raspajaba” el lino ( que esto lo hacían los hombres por donde está ahora la casa de la cultura y consistía en quitar las asperezas de la caña y convertir el lino, como por arte de magia, en algo sedoso, como pelos de bruja).




             Las eras eran uno de los  sitios preferidos para la chiquillería de entonces. Eran un espacio empedrado,  grande, ( a mí,  como era un niño , me parecían más grande todavía) abierto y diáfano que era mejor de los escenarios para nuestros juegos y correrías . Allí se jugaba al fúbol, a la comba, al “pilla pilla” , a las “tánganas “ ( con las estampillas de las cajas de cerillas y una lata grande de esas de tomate) , a los tejos, a las bolas, al “barde” y a mil cosas más lo que hace  que  mi recuerdo de este sitio esté mezclado con el sonido de las risas, los gritos, la algazara de unos niños que día a día, pasaban la mayor parte de su tiempo  de ocio al aire libre, bajo el sol o la lluvia, con frío o calor.


         Corría entonces la  leyenda entre los zagalones, que en la zona junto al empedrado que había para las trillas, se encontraban unas extrañas piedras, diferentes a las otras…parecían como una especie de cuerpos humanos…se decía que era la señal de que allí había tumbas moriscas. Aquellas formas raras hacían despertar siempre mi imaginación de niño y me imaginaba mil cosas misteriosas. Después hicieron las casas, Armilla fue creciendo,  las eras desaparecieron…y que yo sepa, ¡ no encontraron nada de nada !

      Otro de los tantos recuerdos que me vienen a la cabeza relacionados con aquel lugar tan especial  era  cuando los cultivadores del cáñamo (tras cogerlo en la haza y estar un tiempo metido en agua en una alberca que había junto a “bodegas la goma”) , y antes de  sacar el lino, lo ponían a secar en las eras. Entonces, y ahora viene lo mejor,  lo apilaban de forma que para nosotros era fantásticas  cabañas de auténticos  “poblados indios”.  Los niños estábamos deseando que las construyeran  para jugar allí.  Juega que te juega, corre que te corre, de vez en cuando , tirábamos alguna de las “tiendas indias ” del “Poblado”, lo que hacía que los dueños salieran corre que te corre detrás nuestro, aunque, en cuanto se descuidaba…¡ hala ¡! Los críos otra vez a jugar en aquel paraje  fantástico que nos transportaba directamente desde Armilla al lejano Oeste!.



Fotografías : “ trillando en las eras” y  “trabajadores del lino” Archivo de Pepe Morenilla..

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