Una selección de recuerdos de Cochi Garzón y Josefa Toro .
Archivo fotográfico de Pepe Morenilla
EL DÍA DE LA CRUZ
El día de la cruz era bien hermoso. Las cruces se hacían dentro de las casas, no en la calle como ahora. Eran fiestas particulares...se desarmaba una habitación, normalmente la de la entrada y allí se montaba. Porque aparte de la cruz, pues todo tipo de cosas: Mantones de Manila, cobres , peroles , jarrones y claro no podía faltar el pero con las tijeras y los muñecos de trapo del abuelo y la abuela en sus sillas. Y luego las paredes “todicas” como “empapelás” de cachivaches y enseres artísticos que entre todos los del barrio íbamos aportando. Allí, luego por la tarde del día 3, pues todo el mundo a invitarse unos y otros. A dar su opinión y a pasárselo en grande. No era una cosa comercial . No había música, que la algarabía y el jaleo vino después...era fiesta, pero sin jaleo. No sé como decirte.
SAN ISIDRO
Ya para el 15 venía San Isidro, patrón de los labradores. Sacaban el santo por el chorrillo, lo asomaban a la vega y luego para atrás otra vez. Todos iban bien elegantes con sus mejores trajes y corbatas. Primero a misa de 12. Luego a pasear al Santo, calle Real de Motril hasta la caseta del tranvía . Luego la calle Napoleón hasta general Varela , la salida del Puente de la Era y de allí a su templo. Después, a la noche la misma banda que había acompañado a la procesión tocaba para el baile, allí donde estaban las bodegas Alonso. A bailar pasodobles. Y los niños a pedir dulces de los puestos de los turroneros y a jugar con las pelotillas de badana con la gomilla que allí también vendían y a subirse en una noria chiquitilla y en las barquillas. ¡ Los más grandes hasta daban la vela !
EL DOMINGO DE TRINIDAD
Ya en Junio, el domingo de la Santísima Trinidad, que era el anterior al jueves del Copus se hacía otra procesión muy tempranito. A las siete de la mañana. Se sacaba el Santísimo para dar la comunión a los enfermos e impedidos. El sacerdote iba bajo palio y tras él una fila de niños y mayores con sus velas encendidas y cantando. Todo sobre una alfombra verde de mastranzos y hierbas que los agricultores de buena mañana habían cortado para el evento. En la calle, junto a las casas de las personas enfermas, se hacían unos altaricos que eran un primor. EL barrio de Napoleón hasta la calle Granada recuerdo que quedaba que era una maravilla , todo adornadísimo. El cura llegaba. Se arrodillaba ante el altar y luego entraba en la casa a dar la comunión al enfermo. Era un recorrido bien lago. Todo el pueblo de punta a punta.
EL DÍA DEL CORPUS
Luego el Día del Señor, el jueves siguiente otra procesión bien temprano, pero esta vez sin comunión a los enfermos. Sólo el Santísimo que llevaba el sacerdote tapado por la estola con los monaguillos tocando la campana. EN esta procesión del jueves las jovencillas y los niños íbamos de estreno y luego, con esos trajes nuevos, nos íbamos a la procesión del corpus de Graná. Mi padre nos llevaba a mi hermana y a mí (¡Fíjate que chiquitillas éramos entonces!) en la bicicleta. Una en la barra delante y otra atrás en el portaequipaje. Yo siempre daba la tabarra para bajarme cuando veía las flores de las huertas para que parara para cogerlas. Siempre paraba, claro, así que yo me hacía mi ramillete y me montaba tan contenta de nuevo en la bici.
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