“HILO, AGUJA Y TUL”

 Por  Antonio Morenilla Martín.





                En Armilla era habitual que muchas mujeres se dedicasen al bordado en tul. Las mujeres iban a Granada y de allí se traían los velos, los hilos y demás avíos para  las piezas que más tarde bordarían. Después los montaban en todo tipo de bastidores, grandes, pequeños, medianos… ( según la pieza a bordar). Recuerdo que hacían auténticas maravillas por encargo de los comerciantes de Granada que previamente le  daban los diseños  y los dibujos que debían realizar sobre el tul. Estos dibujos los realizaban primero con hilo y luego comenzaba la laboriosa y costosa tarea del bordado.

      Creo que aquella esforzada tarea no se pagaba muy bien, aunque  eran muchas las mujeres de Armilla que con esta ocupación se ganaban algún dinerillo, pero, de todas formas, ya digo, era mucho esfuerzo y tiempo  el que dedicaban para poco sueldo.

         Por las tardes, recuerdo que era una estampa habitual   el ver a las bordadoras a las puertas de sus casas,  con la fresquita.  Madres e hijas, niñas, jovencitas y mujeres adultas.  Era algo digno de contemplar…dando vida y color  a las calles del pueblo con sus risas, su cháchara, sus comentarios. También me acuerdo de ellas cuando trabajaban en silencio y concentradas en su labor, como cuando escuchaban las novelas de la radio, como una, que creo se llamaba  “Ama Rosa”.



Imagen: Grupo de bordadoras en tul. Armilla 1949. Archivo fotográfico de Pepe Morenilla.

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