Una crónica de José María Sánchez Osuna publicada en su blog http://jomasaos.blogspot.com.es
Iglesia de
San Miguel Arcángel
Tras la
Reconquista de Granada por los Reyes Católicos, una serie de nuevos
repobladores irrumpieron la villa de Armilla. Eran todos en su mayoría
campesinos provenientes de Castilla y Aragón. Se instalaron en el lugar para ocuupar
las casas y los campos despojados a gran parte de los musulmanes que no
acataron las Capitulaciones impuestas por los cristianos. Mientras tanto, un
nuevo estamento social había surgido en las zonas conquistadas, eran los
llamados mudéjares. Los mudéjares, en los primeros años tras la Reconquista
fueron respetados en costumbres y tradiciones. Pero ello era tan sólo una forma
política de integración, ya que se les iba despojando de todo posible contacto
con el pasado. Se destruía cuanto podía serviles de aliento espiritual, muy en
especial los libros y mezquitas. Finalmente, se optó por la deportación a todos
aquellos que no quisieran convertirse a la fe cristiana.
Entre los
mudéjares granadinos del Siglo XVI, había artesanos que desarrollaban su actividad
de acuerdo con las tradiciones estéticas y religiosas hispanomusulmanas. A
ellos se les responsabiliza de la edificación de numerosos monumentos e
Iglesias en la provincia de Granada, tal es el caso de la que nos ocupa.
La Iglesia
de San Miguel Arcángel se halla situada, en las cercanías del antiguo y ya
desaparecido “aljibe”. Es una obra sencilla y simple, debemos pensar que su
edificación no contaría con los medios económicos más adecuados, ya que Armilla
en el Siglo XVI era tan solo una pequeña aldea muy próxima a Granada.
Sin embargo,
conforme atravesamos la cancela de entrada al patio que accede al templo. Nos
daremos cuenta que la simplicidad de las formas encierra un fervoroso sabor.
La Parroquia
de San Miguel Arcángel dispone de dos puertas de acceso. Una principal que
usualmente se halla cerrada, y otra lateral a la que se llega por el patio. Una
vez dentro del recinto, el primer detalle que se puede apreciar es el de una
bella imagen de la Purísima presidiendo el altar, que contrasta en demasía con
el entorno grisáceo del resto de la nave. Si nos acercamos al altar
contemplaremos a las imágenes de los Santos Patronos del pueblo colocados a
derecha e izquierda de la Virgen. Es el momento de volver nuestra mirada y
apreciar las seis capillas laterales que circundan el templo.
Una vez de
nuevo en el exterior nos fijaremos en el campanario, y nos percataremos la
transformación que experimentó el torreón en 1931. Al elevarse unos metros de
su altura original, para que las campanas pudieran ser más audibles en la
distancia.
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