Verbenas, fiestas, teatro y cine en la Armilla de los años 40.-


Una selección de recuerdos de Valentín Riesco Álvarez.




Los Quintos de 1945 ante las Tres Cruces. Armilla . ( Archivo Pepe Morenilla )


        Aquellos años en los que yo era un chiquillo ( sobre lo años 40) eran tiempos difíciles. Pura y dura posguerra. Años de hambre y privaciones ...pero , ya se sabe, el ser humano también necesita de diversión, asueto y divertimiento y se las busca como sea. Quiero pues contar aquí cosas que me acuerdo de entonces, cuando se aprovechaba cualquier espacio y solar para montar un espectáculo, un baile o un jolgorio para olvidarnos de las penurias cotidianas. En el corralón que tenía el bar Ramales ( El que estaba junto a la peluquería del “Lolo”, tras el kiosco de ahora de los churros) era donde se hacían las representaciones teatrales. Me acuerdo como si fuera ayer cuando vi allí, asombrado y con los ojos como platos nada menos que “ D. Juan Tenorio”. Estas obras eran llevadas a cabo por modestas compañías ambulantes que hacían teatro “ de repertorio”, es decir que viajaban ofreciendo por pueblos y aldeas cuatro o cinco obras.- No necesitaban grandes infraestructuras de telones , focos y cosas de esas. Con un simple tablao y sus grandes decorados pintados en lienzo a los que se añadía su talento artístico había suficiente. Cumplían con creces su cometido de difundir cultura y evasión... 

     En este mismo lugar se organizaban festivales flamencos de categoría ( nos visitó la Niña de la Puebla, Manolo “Caracol”....etc).) Buenas verbenas con su orquesta organizaba el bar “El kiki” en un solar que tenía allí enfrente y detrás de la caseta del tranvía ( que estaba situada al principio de la calle jardines, donde ahora está la relojería) también se organizaban fantásticas bailes. . El escenario estaba rodeado de unos cañizos y desde fuera se veía perfectamente a los músicos. Cuando tocaba una “ orquesta de viento”, es decir con instrumentos como la trompeta, el saxofón...etc, los niños ( a los que nos estaba prohibida la entrada a la verbena) nos poníamos por fuera a comer limones. Para que nos vieran los músicos Entonces al vernos paladeando el limón se les “ hacía la boca agua “ ...¡y no podían seguir tocando! Era una travesura que terminaba siempre con los chiquillos corre que te corre perseguidos por airados mocetones a los que interrumpíamos sus boleros o cha-cha-chás. También por esa zona estaba el cine de verano. Tenía gracia ver a todo el mundo carretera arriba con su silla a cuestas. También pusieron luego otro cine detrás de las tres cruces y llegaron a funcionar los dos a la vez ( ¡cosas de la competencia!) 


             Por lo que respecta a las Fiestas de San Miguel, poca cosa aparte de la procesión y los cultos organizados por la Iglesia. Algunos particulares organizaban verbenas ( como las que antes describí) y luego” los Genaras” (Joaquín y Antonio) que eran muy amantes del ciclismo y organizaban carreras de cintas en las eras y alguna que otra competición..